NATIVE SKETCHES

Empecé sin una idea clara, grabando a mi hijo de dos años con un micrófono condensador estupendo que tengo en el salón. Lo que hablaba y cantaba no tenía ninguna tonalidad definida, y tampoco iba con ningún tiempo, así que no marcaba un ritmo, etc. Los bombos y la percusión, que suena como un bongo afinado, proceden de la biblioteca de Polyplex. Después grabé los efectos de reverb y ecualización con automatización en las partes de batería que había editado.

Troceé la grabación para trabajar con el ritmo, a continuación cambié el tono para que encajara con la tonalidad de la batería y lo armonicé todo. Luego utilicé un órgano de la biblioteca Vintage Organs y usé la banda de modulación de tono sobre una nota larga y sobre el filtro para introducir un pad de fondo algo psicodélico. Programé unas notas de bajo más potentes y precisas en un bajo Monark y jugué con los parámetros de overdrive. También toqué y grabé otro bajo de sintetizador desafinado de Monark. Está todo sin cuantizar, tiene un sonido oscilante y arabesco. ¡Me gusta!

Creo que la canción en conjunto te transporta a otro lugar casi al instante. Eso es lo que me gusta. Cuando creo una canción, me inspiro mucho en la situación: Me gustan los sonidos que se cuelan sin querer y me gusta usar cosas o personas que tenga a mi alcance, además de los plug-ins y la tecnología. Me molan las mezclas raras, las paradojas y las cosas que ocurren por casualidad o por error.